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Naguales de cuatro puntas

Naguales de Cuatro Puntas ó Cuatro Burbujas.

Con el propósito de guiar a los seres vivientes hacia esa apertura [la libertad perceptiva], el Águila creó al nagual. El nagual es un ser doble [de cuatro burbujas compactadas en una] a quien se ha revelado la regla. Ya tenga forma de ser humano, de animal, de planta o de cual­quier cosa viviente, el nagual, por virtud de su doblez, está forzado a buscar ese pasaje oculto.
El nagual aparece en pares, masculino y femenino. Un hombre doble y una mujer doble se convierten en el nagual sólo después de que la regia les ha sido revelada a cada uno de ellos, y cada uno de ellos la ha comprendido y la ha aceptado en su totalidad.
Al ojo del vidente, un hombre nagual o una mujer nagual aparece como un huevo luminoso con cuatro compartimientos. A diferencia del ser humano ordinario, que sólo tiene dos lados, uno derecho y uno izquierdo, el nagual tiene el lado izquierdo dividido en dos secciones longitudinales, y un lado derecho igualmente dividido en dos.
El hombre nagual y la mujer nagual tienen dos movimientos distintos en sus cuerpos luminosos; sus lados derechos ondean, mientras los izquierdos giran.

el arca de las palabras: Nagual / Nahual


En términos de personalidad, el hombre nagual es un proveedor, estable, incambiable. La mujer nagual es un ser en guerra pero aún así es un ser calmado, por siempre consciente pero sin ningún esfuerzo. Cada uno de ellos refleja los cuatro tipos de su sexo en cuatro maneras de comportamiento.El Águila creó el primer hombre nagual y la primera mujer nagual como videntes y de inmediato los puso en el mundo para que vieran. Les proporcionó cuatro guerreras y cuatro guerreros dobles de alta masa energética (turbocargados); tres guerreros y un pro­pio, a quienes ellos tendrían que mantener, engrandecer y conducir a la libertad. Con el fin de hacer las cosas más fáciles, el Águila mostró al hombre nagual y a la mujer nagual que cada uno de estos tipos entre los hombres y las mujeres de la tierra tienen rasgos específicos en su burbuja luminosa.

LAS GUERRERAS.
Las guerreras son llamadas las cuatro direcciones, las cuatro esquinas de un cuadrado, los cuatro humores, los cuatro vientos, las cuatro dis­tintas personalidades femeninas que existen en la raza humana.

Guerrera del Este
-La primera es el Este. Se le llama orden. Es, optimista, de corazón liviano, suave, persistente como una brisa constante. Al ver se reconoce por las casi imperceptibles manchas de su luminosidad, que son como pequeñas zonas de descoloración.

Guerrera del Norte
-La segunda es el Norte. Es llamada fuerza. Tiene muchos recursos, es brusca, directa, tenaz como el viento duro. Al ver tiene una radiación que abarca todo, exuda un destello rojizo, casi como calor.

Guerrera del Oeste
-La tercera es el Oeste. Se le llama sentimiento. Es introspectiva, llena de remordimientos, astuta, taimada, como una ráfaga de viento frío. Al ver tiene una tenue membrana que la envuelve, que la hace verse más oscura que las otras.

Guerrera del Sur
-La cuarta es el Sur. Se le llama crecimiento. Nutre, es bullanguera, tímida, animada como el viento caliente. Al ver tiene un destello intermitente; brilla durante un momento y después se opaca, para brillar de nuevo.


LOS GUERREROS
Los tres guerreros y el propio representan los cuatro tipos de activi­dad y temperamento masculinos.

Guerrero Erudito
-El primer tipo es el hombre que conoce, el erudito; un hombre con­fiable, noble, sereno, enteramente dedicado a llevar a cabo su tarea, cualquiera que ésta fuera. Al ver tiene una especie de hendidura superficial, una brillante depresión en el plexo solar. En algunos hombres aparece como un es­tanque de intensa luminosidad, a veces tersa y reluciente como un espejo que no refleja.

Guerrero de Acción
-El segundo tipo es el hombre de acción, sumamente volátil, un gran compañero, voluble y lleno de humor. Al ver tiene unas fibras que emanan del área de la voluntad. El número de fibras varía de una a cinco, y su grosor fluctúa desde un cordel hasta un macizo tentáculo parecido a un látigo de más de dos metros. Algunos hombres tienen hasta tres de estas fibras desarrolladas al punto de ser tentáculos.

Guerrero Anónimo
-El tercer tipo es el organizador, el socio anónimo, el hombre miste­rioso, desconocido. Nada puede decirse de él porque no deja que nada de él se escape. Al ver no se le reconoce por ningún rasgo exclusivo sino por su habilidad de crear, muy involuntariamente, un estallido de poder que bloquea con efectividad la atención de los videntes. Cuando están en presencia de este tipo de hombre, los videntes se descubren inmer­sos en detalles externos en vez de ver.

Guerrero Asistente
-El propio es el cuarto tipo. Es el asistente, un hombre sombrío y taciturno que logra mucho si se le dirige adecuadamente pero que no puede actuar por sí mismo. Al ver aparece co­mo un brillo diáfano en un cascarón de luminosidad sin imperfecciones.

LA TAREA DE LOS NAGUALES
Acechadores y Ensoñadores.

La primera orden que el Águila dio al hombre nagual y a la mujer nagual fue que encontraran, por sus propios medios, otro grupo de cua­tro guerreras, las cuatro direcciones, que siendo ensoñadoras fuesen las réplicas exactas de las acechadoras.Las ensoñadoras aparecen ante el vidente como si tuviesen en sus partes medias un delantal de fibras que asemejan cabellos.Las acecha­doras tienen un rasgo semejante, qué parece delantal, pero en vez de fibras el delantal consiste en incontables, pequeñas y redondas protu­berancias.Las ocho guerreras están divididas en dos bandas, que son llamadas planetas derecho e izquierdo. El planeta derecho está compuesto de cuatro acechadoras; el izquierdo, de cuatro ensoñadoras. Las guerreras de cada planeta fueron adiestradas por el Águila en la regla de sus tareas específicas: las acechadoras aprendieron a acechar; las soñadoras, a soñar.Las dos guerreras de cada dirección viven juntas. Son tan semejantes que se reflejan la una a la otra, y sólo a través de la impecabilidad pueden encontrar solaz y estímulo en su reflejo comunal.La única vez en que las cuatro soñadoras o las cuatro acechadoras se reúnen, es cuando tienen que llevar a cabo una tarea extrema. Pero sólo bajo circunstancias especiales deben juntar sus manos. Ese contacto las fusiona en un solo ser y solamente debe de ser usado en casos de necesidad extrema, o en el momento de abandonar este mundo.Las dos guerreras de cada dirección están unidas a cualquiera de los guerreros, en la combinación que sea necesaria. De esa manera establecen un grupo de cuatro casas, en las que se pueden incorporar cuantos más guerreros sean necesarios.Los guerreros y el propio también pueden formar un grupo indepen­diente de cuatro hombres, o cada uno de ellos puede funcionar como ser solitario, si eso dicta la necesidad.Después, al nagual y a su grupo se les ordenó encontrar a otros tres propios. Estos podían ser todos hombres o todas mujeres o un grupo mixto; las mujeres tenían que ser del Sur.

EL OLVIDO Y LA GUIA
Para asegurar que el primer hombre nagual condujera a su grupo a la libertad, sin desviarse del camino o sin corromperse, el Águila se llevó a la mujer nagual al otro mundo para que sirviera como faro que guía al grupo hacia la apertura.El nagual y sus guerreros recibieron luego la orden de olvidar. Fue­ron hundidos en la oscuridad y se les dio nuevas tareas: la tarea de recordarse a sí mismos, y la tarea de recordar al Águila.La orden de olvidar fue tan enorme que todos se separaron. No pudieron recordar quiénes eran. El Águila designó que si lograban re­cordarse a sí mismos nuevamente, podrían hallar la totalidad de sí mis­mos. Sólo entonces tendrían la fuerza y la tolerancia necesarias para bus­car y enfrentar su jornada definitiva.

LA SIGUIENTE PARTIDA
Su última tarea, después de recobrar la totalidad de sí mismos, consistió en conseguir un nuevo par de seres dobles y de transformarlos en un nuevo hombre nagual y en una nueva mujer nagual por virtud de revelarles la regla.Y así como el primer hombre nagual y la primera mujer nagual fueron provistos de una banda mínima, su deber era proporcionar al nuevo par de naguales cuatro guerreras acechadoras, tres guerreros y un propio.Cuando el primer nagual y su banda estuvieron listos para entrar en el pasaje, la primera mujer nagual ya los esperaba para guiarlos. Se les ordenó entonces que se llevaran con ellos a la nueva mujer nagual a fin de que ella sirviera de faro a su gente; el nuevo hombre nagual se quedó en el mundo para repetir el ciclo.Mientras se hallan en el mundo, el número mínimo que se halla bajo la dirección del nagual es dieciséis: ocho guerreras, cuatro guerreros contando al nagual, y cuatro propios. En el momento de abandonar el mundo, cuando la nueva mujer nagual se encuentra con ellos, el número del nagual es diecisiete. Si el poder personal permite tener más guerreros, éstos deben añadirse en múltiplos de cuatro.

LA LIBERTAD TOTAL
Cruzar hacia la libertad no significa vida eterna tal como se entiende comúnmente a la eternidad: esto es, vivir por siem­pre. Lo que la regla asienta es que uno puede conservar la conciencia, que por fuerza se abandona en el momento de morir. Don Juan no podía explicar lo que significaba conservar esa conciencia, o quizá ni siquiera podía concebirlo. Su bene­factor le había dicho que en el momento de cruzar, uno entra en la tercera atención, y que el cuerpo en su totalidad se inflama de conocimiento. Cada célula se torna, al instante, consciente de sí misma y también de la totalidad del cuerpo. Su benefactor también le había dicho que este tipo de con­ciencia no tiene sentido para nuestras mentes compartamentalizadas. Por consiguiente, el meollo de la lucha del guerrero no consiste tanto en enterarse de que el cruce del que se habla en la regla significa cruzar a la tercera atención, sino, más bien, en concebir que tal conciencia existe.

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(Fuente: El Don del Aguila, escrito por el nagual de Tres Puntas: Carlos Castaneda).

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