La compasión y la no compasión.

La compasión y la no compasión.

Los extremos se une, pero tampoco podemos creer que un estado perceptual tan noble como la compasión es un extremo, sino más bien un camino a transitar de elevada consciencia. Cuando en mis procesos de terapia o entrega de conocimiento, voy acompañando a quienes van observando el detalle de sus vidas, hay una etapa que entramos a la claridad perceptual compasiva, aquella que permite observar nuestra propia fragilidad y vulnerabilidad, y desde ella aceptar algunos de nuestros límites perceptual y vivenciales, así también, reconocerlos a partir del redescubrimiento matricial del tiempo maya-tolteca, que nos muestra los potenciales arquetípicos que vamos explorando, que siendo dones, también son atisbos de limitaciones y es en ellos donde desde el entendimiento de la compasión tan enseñado por la cultura tibetana, se transforma en consciencia de ti mismo y por ende pasamos a la siguiente etapa, la no compasiva, el acecho a ti mismo, que muchas veces es la búsqueda del conocimiento que permita traer a tu vida nuevos estados de liberación. Es por ello, que existe un punto vernal entre el plano compasivo de ti mismo y el no compasivo de tu propio crecimiento, encontrar aquel punto es dicha hermosa y profunda, que permite un proceso de evolución humana maravillosa.